

A muchas personas, cuando oímos esta frase, no viene a la mente el peliculón protagonizado por Judie Foster, cuyo argumento se basa en que tres individuos invaden brutalmente el hogar en el que se encuentra una madre divorciada y su hija y consiguen salvarse gracias a una habitación del pánico que tenía instalada en su casa.
Esta situación nos parece ficción pero la realidad es otra muy distinta. Cada vez una parte de la sociedad sufre ataques en su propio hogar con el único fin de cometer un robo o un secuestro, exponiéndose a situaciones difícilmente olvidables y que implican mucho riesgo para la integridad personal. Los cacos, muchos de ellos bajo los efectos de las drogas, cada vez tienen menos reparo en provocar daños personales, violaciones e incluso asesinatos, con tal de conseguir su fin.
Estas situaciones son evitables, para ello cada vez más gente instala en sus hogares sistemas de alarmas, vigilancia y habitaciones del pánico. Por describir en pocas palabras una habitación del pánico, se trata de un pequeño habitáculo que se integra en vivienda de tal forma que se camufla para pasar totalmente desapercibido ante cualquier persona, solo conociendo su existencia los propios habitantes de la vivienda. Esta integración se realiza, por ejemplo, en falsos armarios con doble fondo, paredes decoradas con una estantería, detrás de grandes espejos e incluso aprovechando los huecos de escalera. La construcción está supeditada a la distribución de la vivienda y como el cliente quiera. El interior se protege con muros y puertas blindadas, para conseguir una seguridad total y se les dota con un sistema de vigilancia, con botón anti-pánico conectado a una empresa de seguridad, telefonía independiente, ventilación, botiquín primeros auxilios, todo ello con el fin de proteger, en caso de emergencia, durante el tiempo suficiente para que los cuerpos de seguridad del estado o seguridad privada de la zona puedan acudir a la llamada y atajar la situación.
El espacio destinado a la habitación del pánico, no tiene que ser muy amplio, en algunos casos las dimensiones que se han empleado son similares a las que ocupa una bañera, ya que su único destino es protegernos durante un tiempo limitado que puede durar entre media hora u hora y media, tiempo suficientemente amplio para la llegada de la policía.
Protéjase usted y sobre todo proteja a su familia, las PANIC ROOM es la inversión que mayor satisfacción pueda darle en el futuro, al salvarle de un situación peligrosa, llámenos y nosotros estudiaremos las posibilidades de su vivienda.